Hola amigos.
Soy una persona normal, a la que le gusta comer, y que
disfruta con ello. Además, soy de aquellos que es feliz hablando de
gastronomía, pero no en plan “sabidillo” de revista gastronómica de altura, si
no como un tío normal a quien puedes
hacerle caso cuando te recomienda que no pruebes un arroz en determinado
restaurante, algo imprescindible para todo ser humano que se precie. Hablaré,
pues, de lo que como (cuando lo coma, claro); os mostraré algunos
descubrimientos que creo que merecen ser compartidos, y aprovecharé para hacer
alarde de algunas salvajadas gastronómicas que todo español está dispuesto a
realizar alguna vez en su vida. Todo ello aliñado con un poquito de humor y algo
de sentido común.
Como soy más de ver “Crónicas
carnívoras” o un programa de Arguiñano que “Masterchef”, por ejemplo, siempre he
caminado, y caminaré, por el proceloso y muy fértil sendero de los
restaurantes, bares, tascas y otros lugares de comidas en el que todo hijo de
vecino ha comido alguna vez; así pues absteneros sibaritas de la cocida de
deconstrucción, porque lo único que se va a deconstruir es, en efecto, la
comida, pero según los procesos naturales que la Madre naturaleza ha dictado en
el interior de nuestro sistema digestivo.
Os hablaré, principalmente, de mis incursiones gastronómicas
en los lugares más habituales de la zona en la que vivo, Guadalajara, aunque no
descarto extender las redes hasta zonas limítrofes, o aprovechar algún viaje
que realice para hablar de los lugares donde un común mortal puede comer. Como no creo que sea muy relevante mi misión,
las fotografías que adjuntaré en el blog las habré realizado de “estrangis”
mientras como, primero porque no quiero que nadie descubra que voy a hablar de
esa comida, y pueda agasajarme con exquisiteces privadas al común de los
mortales, y segundo porque me da vergüenza que me vean hacerle fotos a la
comida. Así pues, pido disculpas si en
algunas ocasiones las fotografías valen menos que esa moneda de peseta que
forma parte del ecosistema de los bajos de los sofás.
Nada más, así que a comer y a hablar de ello, que es sano.
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